“Médicos advierten sobre la enfermedad más peligrosa de dormir con gatos”
Para muchas personas, dormir junto a su gato es una experiencia reconfortante. Los felinos transmiten calma, compañía y calidez, y son considerados parte de la familia. Sin embargo, aunque parezca inofensivo, dormir con gatos puede implicar ciertos riesgos para la salud, especialmente si no se toman las medidas adecuadas de higiene y prevención.
Uno de los principales peligros asociados a dormir con gatos es la toxoplasmosis, una enfermedad causada por el parásito Toxoplasma gondii. Este microorganismo puede encontrarse en las heces de los gatos infectados y transmitirse al ser humano por contacto directo o indirecto. Aunque en la mayoría de los casos no causa síntomas graves, puede ser peligrosa para mujeres embarazadas y personas con sistemas inmunológicos debilitados, ya que puede provocar complicaciones neurológicas o afectar al feto durante el embarazo.
Además de la toxoplasmosis, los gatos pueden ser portadores de bacterias como la Bartonella henselae, responsable de la llamada “enfermedad por arañazo de gato”. Aunque el nombre parezca inofensivo, esta infección puede causar fiebre, inflamación de ganglios y, en casos graves, problemas hepáticos o cardíacos. Dormir con un gato que tiene acceso al exterior aumenta el riesgo, ya que puede traer pulgas o parásitos que transmiten esta bacteria.
Otro punto importante es el riesgo de alergias. Los gatos liberan una proteína llamada Fel d 1 presente en su saliva y piel, la cual se adhiere fácilmente a las telas, colchones y sábanas. Dormir con ellos incrementa la exposición a esta sustancia, lo que puede provocar congestión nasal, estornudos, tos o picazón en personas sensibles.
Aun así, esto no significa que debas dejar de tener un gato, sino que es fundamental mantener hábitos de higiene adecuados. Se recomienda cepillarlos regularmente, mantener su caja de arena limpia, desparasitarlos y evitar que duerman en la cama si tienen acceso a la calle.
En conclusión, aunque compartir la cama con un gato puede ser una muestra de cariño, también puede representar un riesgo para la salud si no se toman precauciones. La clave está en el equilibrio: disfrutar de su compañía sin descuidar la higiene ni la prevención. De esa forma, podrás mantener una convivencia sana, segura y feliz con tu felino.